Reflexiones - Coronavirus 2


Reflexiones - Coronavirus 2

#Coronavirus

#Coronavirus El virus comienza bloqueando a China, azotando a la primera potencia económica del mundo, al país más productor y exportador del siglo XXI. Unos países cierran fronteras, otros, en cambio, preservan el comercio y el transporte internacional para no perjudicar su actividad económica por encima de todo.

La actividad política disminuye drásticamente.

Toda la atención se desvía hacia el Coronavirus.

Se disparan los ERES.

Los autónomos y Pymes son los primeros afectados.

Se aplazan conciertos, espectáculos, obras, fiestas, eventos deportivos… Se suspenden actos sociales y políticos.

Se cierran colegios, guarderías y universidades.

Se cierran bares, terrazas, restaurantes, tiendas de ropa y toda la actividad comercial.

Como últimas medidas, ahora si, disminuye la actividad de aeropuertos y estaciones de ferrocarril una vez declarado el estado de alarma. La epidemia hace que algunas personas de riesgo mueran y afecta a miles de personas.

Las medidas se toman en función de la propagación del virus, casos positivos y muertes. Primero afectados y luego medidas.

¿El número de víctimas y el impacto socioeconómico hubiera sido menor si se hubieran cerrado fronteras desde el principio y se hubieran tomado medidas contundentes y tempranas?

Los medios de comunicación retransmiten como si se tratara de un espectáculo. ¿Informan o crean miedo y alarma social?

Toda crisis sanitaria trae consigo una crisis económica.

¿Inyectarán más y más dinero para mantener el modelo económico? ¿O cambiaremos de modelo?

¿Seguir creciendo y creciendo a nivel económico o tomar conciencia y cambiar de forma de vida?

Crecer y crecer está bien pero… ¿A cualquier precio?

El Coronavirus hace arrodillarse a todas las economías del mundo. Nos hace parar. Hemos hecho todo lo posible por resistirnos a no parar el ritmo frenético de la vida moderna. Por no doblegarnos. Hemos hecho lo posible para continuar en la carrera por el dinero y el consumo insostenible.

El virus nos afecta a todos. No atiende a clases políticas ni sociales. No diferencia entre futbolistas profesionales, millonarios o personas que gozan de inmunidad y sueldos vitalicios. No sabe de sexo, raza, religión, etnias o ideologías. El virus puede convertir a los ricos en pobres, a los sanos en enfermos y puede llegar a aislar y discriminar a los más poderosos. Las personas con más lujos se pueden convertir en los contagiosos que trasmiten enfermedades.

El virus golpea fuerte a los países desarrollados, tecnológicos e industriales. Nos da una bofetada de realidad. Nos conecta con la vulnerabilidad, nos hace darnos cuenta hacia donde vamos, nos hace bajar el ritmo y reflexionar.

Quizá sea este el único camino para cambiar el mundo. ¿Estaremos tan cegados que después de la pandemia seguiremos construyendo lo que llamamos “sociedad del bienestar”? Parece que el universo hubiera conspirado para devolver el equilibrio a la naturaleza.

Los niveles de contaminación han disminuido considerablemente, la calidad del aire ha mejorado, los padres pueden criar y pasar más tiempo con sus hijos, podemos disfrutar de nuestro hogar en familia sin necesidad de centros comerciales, podemos comprobar que el teletrabajo es posible y puede ser el futuro.

Esta situación nos permite disfrutar de una pausa, de dejar de correr sin rumbo, nos da la oportunidad de valorar el sentimiento que despierta un abrazo o un beso ya que ahora toca guardar la distancia, de valorar nuestro tiempo por encima del trabajo y del dinero, de sentirnos parte de algo mucho más grande que mi pequeño mundo cotidiano, de ser más responsable, de darnos cuenta que mi actitud influye en los demás y en el entorno, de buscar el bien para todos, no solo para mi, despertando la conciencia social.

Hay una ley universal que dice que nada es casualidad, que todo pasa por algo y esta pandemia nos está reflejando muchas cosas.

Las crisis se convierten en oportunidades de crecimiento personal y social, de solidaridad y unión. De cada uno de nosotros depende elegir tomar conciencia cambiando o mirar para otro lado y en cuanto se pueda volver al ritmo de vida moderno sin importarnos el resto de seres y nuestra gran casa, la casa de todos, nuestro hogar, la Tierra.🌍🌍🌍

Alma de Tao

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